Pues allí no nació nadie de su familia, ni conoció a nadie de importancia, ni hay nada en ella que pudiera unirle a algo de su pasado. Es una tierra nueva, nueva para él, recién comprada. Tampoco comprarla fue algo a lo que diera demasiada importancia. No era su sueño, ni algo que llevara tiempo pensando. La compró por los chavales, para que tuvieran un sitio sano donde correr los fines de semana, lejos de la polución y los coches de la ciudad. Aunque a los chicos nunca les gustó demasiado ir por allí…
Se decidió a plantar la huerta casi como una broma. Él, el hombre de ciudad proveniente de una familia de ciudad, inclinado sobre la tierra… Una broma, sí.
Pero un día ocurrió algo. No sabe el qué. Allí, inclinado, con el sol sobre la espalda y ese olor a tierra inundándole, sintió que hacía algo con sentido.
Hacer algo con sentido, que cosa más extraordinaria.
Valle de Egüés. Navarra.
Coordenadas gegráficas:
42º 49' 27.36" N
1º 33' 9.26" W
Desde hace unos meses dedicamos una parte de nuestro tiempo a un pequeño huerto, un pequeño huerto en el que de una forma regular se produce un milagro asombroso que me deja fascinado ¿por qué nos hemos empeñado en complicarnos la vida? ¿por qué hemos huido de las cosas que verdaderamente tienen sentido?
ResponderEliminarInclinarse sobre la tierra y sentir el sol sobre la espalda, cuanta emoción en una frase tan corta!!
Es cierto, hemos huido de las cosas con sentido. Y ojalá fuéramos capaces de encontrar el camino de vuelta. Tal vez algún día...
EliminarUn beso
Yo conozco esa sensación de certeza que se siente al contemplar como la vida prosigue, con un sentido que escapa a nuestros problemas "humanos".
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