Tsar Kólokol, la campana del zar, es la más grande del mundo. Está en el Kremlin de Moscú, en Rusia, colocada en un soporte al lado del campanario de la Iglesia de San Iván. Pesa 216 toneladas y tiene un diámetro de 6,6 metros.
La campana más grande de América se conoce como la Reina del Silencio. Solo su badajo pesa más de media tonelada. Está colocada al lado del templo, según dicen porque una vez hecha resultó tan grande que pensaron que el campanario no soportaría su peso.
De Europa una de la más grandes es la Big Ben, que no es el nombre de la torre del reloj del Palacio de Westminster, en Londres, sino de su campana principal. La torre en realidad se llama Elizabeth Tower. La Big Ben fue montada en 1858 y desde entonces da las horas junto otras cuatro campanas encargadas de los cuartos.
La Emmanuel, de Notre Dame, en París, es también una campana famosa. Se libró de la Revolución Francesa cuando todas las demás campanas fueron fundidas y convertidas en cañones. Además, fue la responsable de anunciar la liberación de Francia al final de la Segunda Guerra Mundial. Por si fuera poco, Notre Dame tiene el campanero más famoso de la historia: Cuasimodo.
En China casi todas las ciudades tienen una Torre del Tambor, desde la que se anunciaba el amanecer, y una Torre de la Campana, desde la que se anunciaba el anochecer. La Torre de la Campana de Beiging tiene una campana de 63 toneladas que ha cumplido su misión hasta el año 1924.
Otra campana muy grande, la más grande del Japón, se encuentra en Kioto, en el templo Chion-in. Pesa 74 toneladas y se hace sonar durante los festejos de Joya no Kane, que marca el paso del año viejo al año nuevo.
Las famosas construcciones en forma de campanas de muchos templos budistas, en realidad no son campanas sino estupas, es decir, construcciones hechas para contener reliquias. Uno de los más conocidos es Borobudur, en Indonesia, considerado el monumento budista más grande del mundo.
En España la campana más grande es la de la Catedral de Toledo, llamada precisamente la Gorda. Pesa 7.500 kilos y tiene casi 3 metros de diámetro. Y es que ya lo dice el dicho: “para campana gorda, la de Toledo: caben siete sastres y un zapatero, también la campanera y el campanero.
La Campana Wamba, en la catedral de Oviedo, es la más antigua en funcionamiento en España y una de las más antiguas de Europa. Su creación se remonta a la basílica anterior a la iglesia gótica actual, en torno al año 1219. Sigue en activo dando el toque de las horas a pesar de estar rajada.
Pero son las campanas de la catedral de Santiago de Compostela las que tienen una historia más accidentada: robadas por Almanzor, se las llevó para usarlas como lámparas de aceite en la mezquita de Córdoba. Posteriormente Alfonso V consiguió recuperarlas y devolverlas a Santiago. En el siglo XVI se necesitaba una campana más grande así que se fundieron las antiguas y con ellas se hizo la Campana de Berenguela. Agrietada poco después, hoy descansa en el claustro mientras que las de la torre son una mera copia hecha en Holanda.
Tan famosos como las campanas son los campanarios que las sustentan. El más alto es el de la catedral de Ulm, en Alemania. El campanario alcanza los 161,5 metros, y es necesario subir 768 escalones para llegar hasta las campanas. Es de estilo gótico.
Pero el más conocido, sin duda, es la torre de Pisa. Se comenzó a construir en el año 1173 y desde el primer momento, por fallos de cimentación, la torre comenzó a inclinarse. Tiene siete campanas, correspondiendo cada una a una nota de la escala musical; la mayor de ellas fue instalada en 1655.
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