jueves, 13 de diciembre de 2012

Campos de batalla



La batalla de Waterloo
Waterloo es un municipio belga a unos veinte kilómetros de Bruselas en el que tuvo lugar la derrota definitiva de Napoleón. La batalla, entre los ejércitos de Napoleón y las tropas aliadas de varias naciones al mando del Duque de Wellington, fue tan sangrienta que el duque de Wellington, exclamó: "Al margen de una batalla perdida, no hay nada más deprimente que una batalla ganada".  




La batalla de Trafalgar
En el cabo de Trafalgar, en Cadiz, tuvo lugar una batalla naval entre la coalición de varios países europeos bajo el mando del Almirante Nelson y las naves franco-españolas. El triunfo fue para Nelson pero no pudo disfrutarlo. Luchó en la batalla luciendo en la casaca todas sus insignias lo que le convirtió en un blanco fácil. Herido gravemente, murió desangrado poco después de finalizar la batalla.







La batalla de Actium
Cerca de la moderna ciudad de Prevenza, en Grecia, en las aguas del golfo Ambraciano, tuvo lugar en el año 31 a.C la batalla naval de Actium entre las fuerzas de Octavio y las de Marco Antonio y Cleopatra. Para celebrar su triunfo, Octavio construyó en el lugar la ciudad de Nicópolis (“ciudad de la victoria”) y en una colina cercana un monumento en recuerdo de la batalla.








La batalla de Gettysburg
En Gettysburg, Pensilvania, tuvo lugar una de las batallas principales de la Guerra Civil estadounidense. La victoria la obtuvo el ejército del Norte y unos meses después de la batalla, allí mismo, el presidente Abraham Lincoln pronunciaría unas palabras que se harían famosas: “...el gobierno del pueblo, por el pueblo y para el pueblo no desaparecerá de la Tierra”







La batalla del Somme
A lo largo del río Somme, en el norte de Francia, se produjo una de las más largas y sangrientas batallas de la Primera Guerra Mundial, con más de un millón de bajas entre ambos bandos. Actualmente existen en toda la zona monumentos conmemorativos de aquellos hechos. Por ejemplo, el campo de trincheras de Beaumont-Hamel, que conserva las trincheras en el mismo sitio donde estaban en 1916.


  




La batalla de Lepanto
En el Golfo de Lepanto, en 1571, tuvo lugar una sangrienta batalla naval entre soldados cristianos y la flota otomana. En juego estaba el control del Mediterráneo.  Participante de excepción en aquel combate fue un jovencísimo Miguel de Cervantes que calificó la batalla como “la más alta ocasión que vieron los siglos”.







La Batalla de Ayacucho
Tuvo lugar en la Pampa de Quinua, en Perú, y significó el final definitivo del dominio colonial español en América del Sur. Ayacucho es “…el ara donde se vertió la primera sangre de los libres y la tierra donde existe la tumba del último de los tiranos”. 





La batalla de las Termópilas
El paso de las Termópilas es un desfiladero que se encuentra en la región de Tesalia, en Grecia. En el año 480 a. C. tuvo lugar una sangrienta batalla. Los griegos resistieron la embestida del ejército persa. En el lugar de la batalla se levantó un monumento con la siguiente inscripción: «Caminante, ve a decir a Esparta que hemos muerto aquí por obedecer sus leyes».



 

La batalla de Las Navas de Tolosa
Hace 800 años, en las inmediaciones de la población jienense de Santa Elena, se enfrentaron moros y cristianos. La novedad es que los cristianos, esta vez, se presentaban unidos: castellanos, navarros y aragoneses frente al ejercito almohade.  Los cristianos consiguieron la victoria porque un pastor les guió a través de la serranía lo que les permitió coger desprevenidos a los almohades.





Hiroshima
No hubo batalla posible.  El 6 de agosto de 1945 se produjo el primer bombardeo atómico de la Historia. Murieron en el acto alrededor de 120.000 personas. El edificio más próximo a la explosión que resistió el impacto se ha convertido en un símbolo que pretende que aquel crimen no caiga en el olvido. Con esa esperanza se gravó la inscripción: "Descansad en paz, pues el error jamás se repetirá".

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