lunes, 27 de agosto de 2012

El Monte Gurugú

Melilla, con el Monte Gurugú al fondo:

Latitud: 35º 13' 15.39"  N
Longitud: 2º 58' 16.01"  W



Estos días, otra vez, es noticia el monte Gurugú, en la frontera con Melilla, donde cientos de personas esperan una oportunidad para pasar al Primer Mundo.


Melilla desde el Monte Gurugú

 El monte Gurugú es el punto más elevado del cabo de Tres Forcas, en la costa norte de Marruecos (en dicha península se halla también la ciudad autónoma española de Melilla) y forma parte de la Sierra de Nador. El Gurugú domina la ciudad de Melilla y fue escenario, a principios del siglo XX de encarnizados combates entre tropas españolas y los rebeldes rifeños de Abd El-Krim. Actualmente es el refugio de muchos inmigrantes ilegales de regiones subsaharianas que aguardan en sus laderas una oportunidad para entrar en Melilla. (Fuente: Wikipedia)



Para la reflexión:

Algunos tópicos que podemos encontrar en la forma en que la prensa nos da la noticia (tomado de “La fortaleza asediada. Los sucesos de Ceuta y Melilla en la prensa diaria. http://www.motril.acoge.org/La_fortaleza_asediada.doc)



Amplio uso de metáforas. El resultado es la creación de opinión pública con una visión sesgada: desvalorizadora, inquietante...

Un primer conjunto de metáforas asimilan sus acciones con catástrofes naturales: "avalanchas", "oleadas" u "olas", "aludes"... De esta manera se sobredimensionan los hechos y se les conecta con la idea de un peligro incontenible, contra el que hay que prepararse, si no queremos vernos "desbordados".



   

Pero el conjunto más numeroso de metáforas son de carácter bélico o militar: "asalto", "invasión", "presión", "acción desesperada", "bandas organizadas", "intrusos", y el uso de adjetivos como "masivo" y "violento". Los migrantes son presentados así como soldados o combatientes enemigos que presionan nuestras fronteras y de los que debemos defendernos.




 En resumen, el tratamiento periodístico analizado contribuye a crear un estado de opinión que deshumaniza a los migrantes, al asimilarlos a un desastre natural.

Refuerza la idea de hostilidad (natural o militar) y justifica, por tanto, la necesidad de defendernos, de reforzar las fronteras.

Es el “discurso del miedo” .







Los medios de comunicación reducen la inmensa diversidad de personas y países situados al sur del Sáhara, y aun a procedentes de   otros continentes, a una nueva identidad, “los subsaharianos”.

Con ella construyen una imagen miserabilista de África y de los africanos, cuya  situación  apenas (o nunca) relacionan con el expolio del colonialismo europeo y la actual globalización salvaje.

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