sábado, 1 de junio de 2013

El mundo que perdemos

Por accidente o intencionadamente, por un desastre natural o por ese desastre humano que es la guerra… dejamos que se pierdan tesoros de un valor incalculable, el valor de la historia y la cultura.






Los Budas de Bāmiyān, dos monumentales estatuas talladas en los siglos V o VI, fueron destruidos en el año 2001 por el gobierno islamista por considerar que eran contrarios al Corán.







La noche del 25 al 26 de agosto de 1992, el ejército serbio llevó a cabo un bombardeo sobre la ciudad de Sarajevo en el contexto de la guerra de Yugoslavia. La biblioteca nacional, con documentos y libros atesorados durante un milenio, ardió en llamas.





La destrucción del patrimonio cultural de Tombuctú (Malí) comenzó en el año 2012 por parte de grupos de islamistas radicales. Los mausoleos de la ciudad, considerados Patrimonio de la Humanidad, y los miles de manuscritos preislámicos y medievales que en ellos se guardan, están siendo sistemáticamente destruidos.


 



El 12 de enero de 2010 un fuerte terremoto devastó Haití destruyendo gran parte de los edificios de la ciudad, entre ellos la propia Catedral de Puerto Príncipe la cuál quedó totalmente arrasada.






La iglesia del Recuerdo del emperador Guillermo, en Berlín, fue destruida en la Segunda Guerra Mundial, tras un bombardeo de las fuerzas aliadas. Se ha conservado en estado de ruina y declarado monumento protegido.










Las Tumbas Kasubi, lugar de enterramiento de los reyes de Buganda, construidas en Kampala (Uganda) y Patrimonio de la Humanidad, fueron casi totalmente destruidas en el 2010 por un incendio, que se sospecha pudo ser provocado.












El Palacio de Peterhof, cercano a San Petersburgo, considerado Patrimonio de la Humanidad, fue residencia de los zares y posteriormente museo. Durante la Segunda Guerra Mundial fue destrozado por las tropas alemanas. Todavía hoy se sigue con los trabajos de reconstrucción.













La histórica ciudadela de Bam (Iran) de unos dos mil años de antigüedad, quedó casi totalmente destruida en el año 2003, tras un grave terremoto que, además, costó la vida a más de 25.000 personas.














El histórico puente de Mostar, considerado símbolo de la ciudad y una obra maestra de la arquitectura otomana, fue destruido en 1993 por las fuerzas croatas en la guerra de Bosnia. Actualmente está reconstruido.














La guerra, en Siria, está destrozando el patrimonio histórico. Una de las últimas pérdidas, mayo de 2013, ha sido el hundimiento del minarete de la mezquita de los Omeyas de Alepo.

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