domingo, 14 de octubre de 2012

La sopa de Almeirim


Una de las cosas más típicas de Almeirim, en Portugal, es su sopa de piedra, ofrecida como plato estrella en todos sus restaurantes. Una sopa con leyenda incluida.

La leyenda es así:

Un viajero (en otras versiones es un fraile o un soldado) llega hambriento al pueblo y pide por las casas que le den de comer. Todos se niegan aduciendo que son muy pobres y que apenas tienen para sí mismos. El viajero lo entiende y resignado dice que es una pena. Saca una piedra de su bolsillo y comenta que si tuviera una olla podría hacer una deliciosa sopa de piedra capaz de acabar con el hambre de cualquiera. Uno de los aldeanos, que también está hambriento, dice que le dejará una olla si luego comparte la sopa con él, a lo que el viajero accede.

Obtenida la olla, el viajero enciende en la plaza un gran fuego, llena la olla en la fuente, le echa la piedra bien lavada y se pone a revolver. De vez en cuando huele el aroma que sale de la olla y exclama: “mmmmm, que buena…”.

Los del pueblo miran asombrados. ¿Cómo puede estar buena una sopa que solo tiene agua y una piedra? El más lanzado dice: “¿puedo probarla?”. “Todavía no”, contesta el viajero, “está un poco sosa. ¿No tendrías un poco de sal para añadirle? Te daré a cambio un buen plato cuando la sopa esté terminada”. Así que el aldeano trae un poco de sal que el viajero añade a la olla. Otro habitante del pueblo ofrece unas verduras a cambio de poder comer un plato cuando esté la sopa lista y otro trae un poco de carne. Todos, poco a poco, van trayendo algo: unas verduras, un poco de pollo, algún ingrediente que apenas a ellos mismos les llega para comer, pero que están dispuestos a ceder a cambio de un buen plato de esa sorprendente sopa de piedra que está preparando el viajero.

Finalmente, el viajero da por finalizada la cocción y sirve un buen plato a cada vecino.

Y así es como el viajero y su piedra lograron que, aunque nadie tenía suficiente para comer, todos comieran.

Y la receta de la sopa de piedra es esta:

Ingredientes:
2,5 l de agua
1 kg de judías rojas
1 oreja de cerdo
1 chorizo
1 morcilla
200g de panceta
2 cebollas
2 dientes de ajo
750g de patatas
1 rama de cilantro o hierbabuena.
Sal, laurel y pimienta.

Preparación:

La víspera hay que poner las judías en remojo y limpiar a conciencia la oreja de cerdo.
En un puchero hervir el agua con las judías, añadir las cebollas, los embutidos, la oreja, el ajo y las hojas de laurel. Sazonar con sal y pimienta.
Añadir más agua si fuese necesario.
Cuando las carnes estén hechas, retirarlas del fuego y cortarlas en pedazos. Añadir al guiso las patatas cortadas en cubos y el ramo de cilantro o hierbabuena. Dejar de cocer lentamente hasta que las patatas estén en su punto.
Verter las carnes cortadas en el guiso.
En algunas recetas retiran unas cuantas judías y una cucharada de patatas para hacer un puré con la finalidad de hacer más espeso el caldo.
Colocar en los platos una piedra bien limpia y servir la sopa en ellos.




Almeirim, además, debe su existencia a un antiguo palacio erigido por D. Juan I, que fue regularmente usado durante la dinastía de Avis. Aquí se reunieron las cortes de 1.544 para la jura del príncipe D. Juan y también las de 1.580 para tratar de la sucesión al trono de Portugal.

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